No pensar, no sentir

No pensar, no sentir, es lo que me he propuesto esta mañana, cuando, después de un año sin saber nada de ti, has aparecido, como por arte de magia. Por un momento me has hecho creer que todo este tiempo no había pasado, que todo seguía igual, pero mi subconsciente ha reaccionado, las cosas han cambiado mucho, y yo, más.

Antes aguantaba tu sentido del  humor, incluso me llegaba a reír con esa risita tonta que me salía cuando te acercabas, pero ahora ya no.

En su momento, cuando te fuiste, hubiera dado lo que fuese para volver a pasar esas tardes a tu lado, esos veranos soleados y recibir esas llamadas interminables, pero hoy, un día extremadamente caluroso de abril, tanto que parece sacado de uno de esos veranos, me he dado cuenta de que, estando a tu lado, más que alegrarme me incomodabas.

No te lo tomes a mal, pero yo ya he hecho una cosa que hago muy a menudo ya que me gusta leer, que es pasar página. Y no, no quiero volver atrás, sólo los libros con un final feliz son los que me gusta releer, y éste, el de mi vida, todavía no ha terminado, por lo tanto no sé el final y no voy a volver.

Cuando se me ha pasado por la cabeza que éste verano sería como los de entonces, me he negado rotundamente. De momento no existe una máquina para volver al pasado, pero parece que el pasado sí que puede volver a ti, ya que tú eres el pasado, por lo tanto existes, sí, pero en lo más profundo de mi recuerdo, por eso tú, ya no tienes lugar ni en mi vida ni en mi corazón.