A vegades...

A vegades, m’agradaria ser un ocell. Per poder volar i ser lliure. Volar ben amunt, sense preocupacions, i arribar a un lloc del cel on només hi corri aire, res més, on no hi hagi ni felicitat ni tristesa, un lloc neutre on poder oblidar-me de tots els problemes. Un lloc des d’on pugui veure el món des d’un punt de vista diferent, i poder pensar realment si cal preocupar-se per tonteries o el que realment és necessari és recordar els moments bons. Aquells moments en els que he estat feliç. Recordant, també els mals moments, buscant-les-hi els punts positius, pensant en per què  m’ha servit passar-los, en  que he après i sobretot que he de fer perquè no es repeteixin mai més.

Un mundo al revés...

Vivo en un mundo en el que soy yo quien despierta al despertador, en el que es la leche quien calienta al microondas, donde la gente camina por una carretera blanca con rayas negras, donde el sol es quien se pone delante de las nubes, eso de noche, pues durante el día sale la luna con sus estrellas errantes. De noche los monstruos lloran y se esconden asustado porque tienen miedo de que llegue algún niño malo si no duermen. A los niños les encanta la verdura y no hay manera de que coman dulces y gominolas.

Vivo en un mundo donde las vacas y los cerdos nos llevan en camiones para meter a las personas en grandes naves, alimentarlas durante un tiempo y luego comérselas, por lo tanto es donde los peces pescan a los pescadores y los cazadores son cazados.

Vivo en un mundo donde no hay ladrones y el gobierno y los bancos hacen su trabajo limpiamente, siendo honestos, tal y como toca y haciendo que un país salga adelante.

Vivo en un mundo donde los ventiladores calientan y los radiadores enfrían,

Vivo en un mondo que tiene la capa de ozono intacta, los polos no se están derritiendo, no hay miles de especies en extinción y los hombres no se están cargando el planeta.

Vivo en un mundo donde nadie tiene miedo de decir lo que piensa porque hay un derecho que tiene todo el mundo que se llama libertad de expresión, un mundo donde el pueblo puede elegir a sus representantes mediante una votación y no es mandado por dictadores que llegan al poder mediante violencia,

Vivo en un mundo donde la gente expresa lo que siente tal cual es y no juega con los sentimientos de los demás, un mundo  sin prejuicios, donde cada uno puede hacer lo que le apetezca sin molestar y sin ser criticado por nadie.

Todo esto pasaría en el caso que yo viviera en un mundo paralelo, contrario a éste, y en vista de cómo es, casi prefiero quedarme a vivir en este mundo al revés.

Querer...

Querer a alguien, él sabe lo que es. Amor? No lo sé, es muy probable. Un año, un año esperándola, esperando que ella decida si le quiere o no, para la gente un año es muchísimo, para él quizás también, pero no es capaz de enfrentarse, volverle a decir que le ama y pedirle un sí o un no, como únicas posibles respuestas, sin que sirva un a lo mejor o un no sabe no contesta.

Prefiere pensar que a lo mejor, que algún día llegará el momento y que puede que salga genial todo, ella le corresponda y sean felices. Pero también teme que ella le diga que si tiene que elegir entre sí o no, elige el no y entonces le destroce a él, a su corazón y a sus esperanzas. Así que prefiere alargarlo al máximo, no tener que decirle nada para, mientras tanto poder pensar  lo que podría suceder y así alargar el mal trago si es que lo hay, no lo va a haber, lo sé.

Por mucho que diga que no sabe bien lo que siente por ella, si la quiere, si no, todo lo que ha hecho por ella, escribirle lo que le escribe, el simple hecho de esperar un año, esos dichosos nervios cuando está a su lado, la indecisión de decirle simplemente un ·hola· todo esto demuestra que la quiere, y mucho, pues si eso que hace él no es querer, nadie quiere en este mundo.

EL cuadro de tu vida...

Pensar, repartir el espacio, el tiempo, concentrarse y empezar.

La vida es como pintar un cuadro, después comienzas a pintar, sin tener cuidado, total es la primera capa, la infancia. Luego paras, piensas y decides establecer un orden lógico para empezar a darle forma e intentar irlo dejando terminado con esa pasada, Pero mientas pintas te dejas llevar, mezclas los colores, cambias las formas, sigues un orden distinto, al cabo de un rato te das cuenta, paras. Te das cuenta de que lo que has hecho no tiene nada que ver como lo que habías planeado. Has dejado que tu alma y tu corazón pintaran sin hacer caso a tu cerebro y, al tener algún imprevisto, como por ejemplo que se termine un bote de pintura, han modificado el color, la esencia, la idea principal. Eso hace que te plantees un cambio, quizás un cuadro tan realista no es del estilo que mas conuncuerda contigo, a lo mejor debes empezar a vivir de una forma más abstracta, surrealista, aunque sabes que ese cuadro solo les va a gustar a las personas que lo entiendan, también sabes que si estas personas lo entienden y les gusta es porque te conocen de verdad y les gustas tal y como eres.

Cuando terminas das los últimos detalles, lo dejas secar y lo miras desde lejos. Tiene sus fallos, como todo, nada es perfecto, pero aun así, te deja ver instantes preciosos, esos pequeños detalles que hacen que día a día la vida sea más placentera y puedas superar los problemas de una forma más sencilla.

Contradiccioens entre el cuerpo y la mente

Le gusta cantar, ayudar a su hermana a peinarse, vestir las muñecas, hacer pulseras, cocinar los mejores pasteles que hayas probado y rodearse de amigas para charlar, cotillear y reír.

Esta descripción concuerda con la típica niña de 10 años, a la que le gusta hacer todo esto, pero, sin embarco, él es un niño, mentira, tiene cuerpo de niño pero en realidad no lo es, interiormente es más niña que todas las demás y esto es una cosa que no logra entender.

-Yo, si pudiera, sería una chica- dice él.

-Pues cámbiamelo- contesta ella.

A ella le gusta el futbol, los pokemon, los tazos, los juegos de lucha, pasarse las horas jugando con su hermano y sus amigos al balón, siempre en chándal, obviamente, nada de pulseras ni pendientes, siempre a lo cómodo.

Tan distintos el uno de la otra, solo tienen una cosa en común, ella tiene el cuerpo que él quisiera tener y viceversa, no entienden por qué no hacen lo mismo que las personas de su mismo género, pero ellos tampoco quieren cambiar de actitud, les gusta ser como son pero quieren tener otro cuerpo porque, aparte de no ser el que les corresponde, están artos de oír y aguantar los insultos y las discriminaciones de los demás por hacer lo que realmente les agrada, simplemente porqué eso suelen hacerlos las personas del sexo contrario y no están bien vistas que las hagan.

DE momento son relativamente felices, 10 años, uno saltando a la cuerda y la otra yendo en monopatín.

No es que de estas cosas haya algunas para niños y otras para niñas pero todos sabemos a qué me refiero y ellos saben lo que desean.

Inocencia

Inocencia, alegría, luz, optimismo, eso es lo que transmiten, Dos niñas, amigas inseparables desde que nacieron, Pin y Pon las llaman los mayores intentando ser graciosos.

Una, quiere ser una princesa, vive metida en sus sueños, en su mundo rosa, de piruletas, caramelos, purpurina y mariposas. Donde todos son felices, no hay que esforzarse para conseguir nada porque obviamente, allí, los problemas ni existen.

La otra sueña con ser un gran pirata que viaja a bordo de un barco por las inmensas aguas del mar Caribe, viviendo mil aventuras, siendo feliz, consiguiendo todo lo que se propone, aunque  tenga que luchar, porque sabe que todo saldrá bien, y sigue navegando por las aguas a la espera de ver tierra otra vez y seguir descubriendo islas desconocidas.

Las dos tan distintas, una a la espera de su príncipe azul, la otra en busca de los tesoros más extraños y escondidos, una bailando ballet para acercarse más a su sueño, la otra dibujando pintando, ensuciándose hasta los codos y acabando con la cara y el pelo de colorines.

Polos opuestos, amigas inseparables. 7 años y no son consientes de que parte de las sonrisas y momentos de felicidad que tienen algunas personas son gracias a ellas, y si son conscientes, no son capaces de  entender que con su optimismo, sus risas, su sinceridad, su descaro y sobretodo su inocente felicidad, hacen que, inconscientemente haya gente que aunque esté mal, o ese no sea su mejor día y tenga mil y una cosas en la cabeza, las olvide, por un momento, y se sienta otra vez como una niña de siete años, inocente, juguetona, feliz, sin motivo, sólo, porqué sí, y riendo, sobretodo riendo a todas horas.

Colores...

Verde, que me recuerda a la hierba, la hierba fresca un día de verano, o la hierba húmeda cuando apenas ha salido el sol. Sol que me recuerda al color amarillo, amarillo como un pájaro que vuela sobre un fondo azul. Azul es el cielo, ese cielo que no sabemos ni donde empieza ni donde termina, por el cual todos desearíamos volar un atardecer con una luz anaranjada. Anaranjada como el bote de mi crema solar, de la cual el líquido del interior es transparente, como el agua. El agua del mar, removida siempre por las olas y habitada por seres que ni podemos imaginar, en lo más oscuro. Oscuro como la noche, esa noche en un bosque sin luz, tenebroso,  de película de miedo  por donde andas hasta llegar a lo alto de un turón , desde donde puedes ver luces, luces de ciudad, blancas, naranjas, amarillas y rojas. Rojas como esa rosa que me regalaron, con un olor tan fresco que hace que me sienta como si estuviera, un día de primavera, tumbada en un prado verde. Verde…

Rey sol

Astro rey, tú, que siempre estás allí, cada día a la misma hora, con tus rayos que hipnotizan, que nos dan vida, que hacen que, de una forma u otra seamos un poco más felices de lo que somos, Tú, que nos iluminas, día a día, que alguna vez desapareces de nuestras vistas porque alguna nube traviesa se pone delante de ti, pero aun así, estas detrás, insistente, para cuando la nube se despiste encontrar un agujerito donde hacer pasar uno de  tus rayos de luz, de vida.

Tú, que no te das por vencido, que día a día vives persiguiendo a tu princesa, mientras ella, rodeada de estrellas brillantes no se da cuenta de cuál es la que mas brilla, esa que siempre va delante suya para protegerla de cualquier cosa que pueda suceder y que, a la vez, va detrás por si algún día, cansada de huir decide pararse, saber que te  tiene allí, para protegerla.

Cada día en el amanecer, cuando más cerca la tienes deseas que se pare, para que tu sigas adelante y la encuentres, pero no, eso nunca pasa, siempre que estás a punto de tocarla con la punta de los dedos, ella se aleja haciendo que te quedes solo, dando luz a  los demás pero sin ni una chispa en tu interior. Aún así, sigues allí, día tras día, amanecer tras amanecer, no pierdes la esperanza todo y que sabes que estáis condenados a jugar persiguiéndoos el uno al otro  eternamente sin conseguir ningún resultado